EL TORTA
"No le damos importancia a lo que tenemos hasta que se
pierde". Lo sabía bien Juan Moneo Lara, por eso vivía al día, al límite,
el mañana quedaba muy lejos y el presente era su única realidad. Él
mismo dictaba sus leyes, sin rendir cuentas a nadie y sin importarle lo
más mínimo el qué dirán. Era El Torta, un espécimen único: "No soy ni
mejor ni peor, soy diferente".
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